jueves, 20 de mayo de 2010

GoodBye Regional de la Muerte

¡Adiós regional de la muerte, adiós!




Hoy abro este post con una sonrisa de oreja a oreja. Hace tiempo que tenía ganas de contar como eran mis viajes de los domingos y lunes por la mañana a las 11’20 a Alicante, pero este fin de semana, como dice el amigo Ramón Jiménez Salazar: “La cosa cambia…”

El motivo de animarme a escribir es que no tengo ganas de hace la práctica de TIA que tengo que entregar el viernes y que después de un semestre, por fin he llegado a Villena con batería. Esto se debe a que después de no se sabe cuántos años, han cambiado el regional de la muerte (vulgarmente conocido como “Regional Express: Costa de la Mancha”) que tanto nos gustaba a los estudiantes de Albacete y Alicante, por un media distancia.

A pesar de los 3€ que sube el precio, creo que mi espalda agradecerá que me pueda tumbar a dormir o estirar los pies y no vaya viajando en el “Dragón Khan” manchego, ya que al jodido tren le faltaban cinturones de seguridad. También es de agradecer los 20 minutos que recorta, eso sí, hoy casi pierdo el tren ya que a Alcázar llega a las 11’00 y de no ser por un amable hombre que ha perdido el de Madrid estaría cagándome en los muertos de loso renferos y diciendo que este tren es una p•&%•& mierda en lugar de alabarlo jajaja.

En un principio pensé que este cambio significaría nuevas caras, nuevas aventuras, gente nueva… pero en este, mi segundo viaje, veo que somos la misma calaña con zapatitos nuevos. Tres asientos delante mío esta mi amigo Rodenas, el viernes volví a viajar con la mujer tajas que se sube en Albacete con seis latas de cerveza y cuando va por La Roda ya va hasta la bola. También son remarcables las dos lesbianas que se subieron un viernes y se enrollaron delante de todo el vagón y una hora después tuvieron que separarlas con un palo porque se estaban inflando. Otro momento destacable fue cuando en pleno invierno se fue la electricidad del tren, nos tuvieron casi una hora en La Roda y desde allí viajamos a oscuras hasta Alcázar y el revisor pedía los billetes con una linterna como el acomodador del cine, de haber llevado una escoba esa noche el regional de la muerte se hubiera transformado en el tren de la bruja.

También me acuerdo de los viajes en el primer año cuando salía los domingos a 10’30 y me había acostado pedo hacían pocas horas con media botella de ron en el estomago. Creo que eso fue uno de los alicientes que después de venir 3 findes no viniera más en 3 años… Otro finde gracioso fue cuando me subí pedo al que salía para Jaén y mi madre me tuvo bajar.

Y qué decir del Viña rock, donde montones de rockeros y “parásitos” se suben al tren. Lo de parásito, no os ofendáis ya que no pongo en duda la higiene de la marabunta de viajantes que se suben después del festival… lo digo porque no llega a un 10% de ellos los que pagan el billete y nos hacen viajar incómodos, apretados o incluso de pie. Es entonces cuando la falta de higiene se hace notar… A pesar de eso, te hacen el viaje ameno y diferente, no los cambiaría.

Lo siento pero ahora les toca a los personajes que más rabia me dan del tren: los viejos. Espero que cuando alcance su edad no sea como los de ahora, o por lo menos lo intentaré. Señora, no conozco a su nieto Manuel que estudia “ordenadores” aunque también estudie en alicante!! Señora, si, este tren para en Socuéllamos. Señora, no nos importa lo que hable por el móvil! Por qué coño la gente chilla cuando habla por el móvil en el tren?? Es una de las cosas que echo de menos de cuando viajaba por Londres y Ámsterdam en tren, el silencio y la tranquilidad de la gente. Pero si hay algo que me da más rabia que eso son las señoras que se suben buscando su sitio sin mirar el vagón, llegan a tu sitio y sin preguntar comienzan a chillarte diciendo que le enseñes el billete que vas en su sitio: 1) hay 564 asientos más libres sólo en este vagón, 2) nunca me equivoco de asiento. En fin, hemos de respetar a esta gente y a pesar de lo mal que hable de ellos, siempre les trato con respeto y la amabilidad que a mi parecer se merecen.

Solo me queda decir que este tren llega en el mejor momento, ya que podre aprovechar los viajes mucho más para estudiar y hacer prácticas ya que incorporan mesas y enchufes para cada asiento. Bueno, acaban de anunciar mi parada, espero poder añadir un nuevo post en el parón de exámenes con suerte desde mi nuevo piso en SV.

martes, 4 de mayo de 2010

Cloud Computing

Cloud Computing:

Hace unos días que abría este blog comentando que este es uno de los temas que me animaron a escribir. Se trata del tema sobre el que realice mi última exposición en clase de Ingles 3 para Informática y me pareció interesante ya que hoy en día estamos envueltos en este paradigma y se está extendiendo por todo internet substituyendo a las aplicaciones tradicionales como en su día fue “Outlook Express”.

El concepto de “Computación en nube” hace referencia a paso de ofrecer software (ya sea una aplicación a nivel de usuario, un videojuego, o programa) como un producto para ofrecerlo como un servicio al que accedemos desde nuestro navegador web, algo los gurús sobre estos temas llaman SaS (Software-As-Service). Dicho de esta forma puede sonar demasiado abstracto o complejo, pero es más sencillo de lo que parece. Un ejemplo de eso es la forma en la que consultamos nuestro correo electrónico. Desde hace tiempo, el método común de consultar consiste en acceder a la página web que nos proporciona el servicio de mensajería (Hotmail, Yahoo…) y mediante nuestro usuario y contraseña (previamente registrados/suscritos) podemos consultar nuestros emails. Ya nadie se acuerda de programas cliente de correo electrónico, de nuevo menciono Outlook Express, los cuales se conectaban de forma puntual a internet para ver si teníamos mensajes de entrada, los cuales descargábamos en nuestro ordenador, ocupaban espacio y podía resultar pesado e incomodo. Otros ejemplos de esto son portales como Ebay, Amazon o las redes sociales: Facebook y sus aplicaciones, Tuenti… (plantándole cara a MSN Messenger).

Una ventaja añadida es que las actualizaciones del software corren por cuenta del proveedor. Nosotros accedemos a un programa a través de nuestro navegador que se encuentra en su última versión y que los mismos que desarrollan las actualizaciones son los que se encargan de colgar una instancia de su última versión en lugar de hacer a la comunidad de usuarios a realizar la actualización. Esto a primera vista puede resultar obvio, pero si lo extrapolamos a la comparación entre Google Docs y Microsoft Word resulta interesante. A menudo me encuentro con amigos que me preguntan si tengo la última versión de MS Word, ya que este guarda sus archivos en formato .docx que sustituye al tradicional .doc. Con Google Docs este problema no existe. En primer lugar porque el archivo se encuentra en el servidor de google y ni conocemos el formato con el que se guarda y en segundo lugar, si se produce una actualización de su procesador de textos, la próxima vez que accedamos al fichero original se encontrara actualizado también.

Otro ejemplo son los portales de videojuegos flash, el usuario no necesita descargarse el videojuego para jugar, con lo que evita problemas de incompatibilidad de software, ya que l que está haciendo es beneficiarse de un servicio de los muchos de la nube de servicios (internet).
Respecto a temas de seguridad y planes de contingencia, nuestra información y datos se encontraran mezclados con otros muchos millones de datos de otros usuarios en grandes servidores y clasificados según sea nuestra suscripción y si la nube es publica, privada o una mezcla de ambas. Planes de contingencia como tener copias de servidores en distintos edificios hacen que nuestros datos se encuentren a salvo en caso de una catástrofe como podría ser un incendio, virus irreversible u otros.

La otra cara de la moneda: ¿Qué se consigue con esto?

Uno de los principales beneficios para los proveedores de estos servicios es que consigues quitarse de en medio los problemas con la piratería (si no hay programa, no hay que copiar) y obtienen sus beneficios a través de suscripciones controladas o licencias, un ejemplo de esto podría ser la forma en la que trabajan los antivirus, otorgando servicios a un determinador numero de ip’s en función de la licencia adquirida.

¿Qué ocurre con el software libre? Eso es algo que le dejo a Richard Stallman...